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Joaquín Ramos: "Aun no nos lo podemos creer, pero estamos muy felices por pregonar la Feria de San Bartolomé"

Cieza.es | 12 de agosto de 2021 a las 10:52

Los hosteleros entraron en 2021 con muchos miedos y salen del mes de julio con la frente alta y llenos de ilusión. La Hermandad de San Bartolomé, que se mueve al compás de los sentimientos, aguarda con incertidumbre la Feria y Fiestas de San Bartolomé mientras da voz a muchas gargantas, las profesionales de la hostelería, la de la Asociación de Hosteleros de Cieza, la del pregón de este año y la de la esperanza, que siempre germina en estas tierras durante la segunda quincena de agosto. Cualquier reconocimiento que ayude a apoyar a este colectivo que ha sido tan castigado por la pandemia es bienvenido. Así lo cree su presidente, Joaquín Ramos, un profesional hecho a sí mismo que simboliza el espíritu de un gremio que se ama y se sacrifica a partes iguales. Él representa como tantos otros asociados la pasión por su trabajo.

Es una de las pocas noticias de este agosto que ha encontrado eco donde las cosas importan o dejan de importar a mediados de este mes: en las terrazas de bares y restaurantes. Nadie puede poner en duda el apoyo firme de la sociedad a un sector consciente que cuenta con el respaldo incondicional de sus vecinos. Así lo asegura la hermandad con un nombramiento motivado por el deseo de reconocer la labor de uno de los sectores más afectados por la pandemia. "Lo hemos recibido con sorpresa, pero también con mucho respeto porque el pregón de tu pueblo es una cosa seria y hay que hacerlo bien. Cuando nos lo propuso Mariano Martínez Béjar tuve que trasladar ese reto a mis asociados para decidir si lo asumíamos o no. Obviamente, aceptamos la responsabilidad, pero necesitábamos el apoyo de nuestros asociados", explica Ramos.

También aprovecha esta entrevista para expresar con el mayor respeto su testimonio de gratitud y reconocimiento a la Hermandad de San Bartolomé por el nombramiento. El orgullo de ser ciezano se hace más grande cuando se tiene la oportunidad de proclamar las fiestas patronales. "Aun no nos lo podemos creer, pero estamos muy felices. Yo soy muy ciezano, así que por supuesto que estoy muy contento de pregonar la Feria", dice sonriendo. Y es que no le resulta difícil compartir la alegría y satisfacción generales ante la noticia. "Hemos creado un comité de trabajo para coger ideas y aportaciones de nuestros compañeros. Creo que va a quedar un pregón muy chulo porque va a ser muy dinámico y con una puesta en escena muy nuestra: una mesa en la que vamos a realizar un servicio y en la que yo seré el gerente".

Volver a la vieja plaza que le vio crecer para proclamar las fiestas patronales es un sueño. Y es que se crió "muy pegado" a la iglesia de la Asunción. "El pregón conlleva también una carga emotiva por el lugar donde se va a realizar, la Plaza Mayor, un lugar en el que he vivido durante 25 años. Para mi es una plaza que me trae muchos recuerdos. Y siendo uno portavoz de los hosteleros, más responsabilidad todavía porque tenemos que hacerlo bien". Medio en broma medio en serio, preguntando por si cree que es más fácil estar detrás de un mostrador o barra que de un atril, "por supuesto", asegura. En su opinión, "hay que hablar en público y no todo el mundo está preparado para leer un pregón. El atril es para el que está acostumbrado. A pesar de que hay muchos nervios, la ilusión prevalece por encima de todo".

Desde el principio de las restricciones sanitarias originadas por la pandemia, Ramos ha apostado por la responsabilidad social como la mejor palanca para desbloquear la salida de este interminable túnel. En la entrevista con cieza.es acude para defender, por enésima vez, el buen hacer de la hostelería como camino certero hacia la reducción del riesgo de contagio. Del mismo modo, ha demostrado estar, desde el principio de esta pesadilla, convencido de que los políticos "toman decisiones sin contar con ellos". Y cuando la vía política no resulta, hay muchas razones que a menudo llevan a la gente a adoptar decisiones más drásticas. Como la de los hosteleros ciezanos, que comenzaban el pasado 5 de febrero una concentración diaria ante la falta de ayudas al sector con motivo del cierre forzoso.

En palabras suyas, "los negocios se están manteniendo gracias a la constancia y al sacrificio de la hostelería, y nadie nos regala nada. Nos han ayudado, porque todo hay que decirlo, tanto por parte de la Comunidad Autónoma como del Ayuntamiento, y también desde este bastante más. Y nosotros defendemos a quienes nos han ayudado y hay que ser agradecidos con ellos". Su labor al frente de la Asociación de Hosteleros de Cieza le ha dado cierta notoriedad y simpatía entre sus compañeros y público en general. Y es que siempre fue muy crítico con la situación de indefensión que le tocó vivir y esa crítica, que ejerció durante las protestas, la ha venido ejerciendo hasta antes de ayer mismo, como se dice: "La incidencia de la Covid-19 perjudica a nuestro sector porque el baremo que se toma no es el adecuado".

La esperanza es lo último que se pierde. Y así se está viendo en los profesionales de bares, restaurantes, cafeterías y pastelerías de la localidad en espera de que la situación mejore y saque a muchos con un buen empujón de esta maldita e interminable pandemia de coronavirus. La crisis no está perdonando a nadie de la hostelería. Sin embargo, no hay nada que el tiempo no cure y, por eso ahora, cuando han pasado cinco meses desde las protestas por el cierre forzoso de la hostelería, las cosas están mucho mejor. Se puede decir que, a pesar de las restricciones, por fin reina una cierta normalidad necesaria para que estos profesionales suban la persiana todos los días, poniendo fin a un sufrimiento innecesario. Ahora tienen la ocasión de proclamar la feria a través de un pregón hecho en complicidad con sus vecinos.